Una vez digitalizados los datos necesarios para trabajar sobre nuestro mapa de interés, se procede al procesamiento de la información. El tratamiento depende en gran parte de cuáles son los objetivos que se pretende alcanzar con el mapeo y cuál va a ser la utilidad del producto cartográfico en sí. Son muchas las utilidades de tener mapeada diversa información, el mapeo es una herramienta fundamental en todo tipo de estudios, censos, encuestas, programas de planificación, distribución de recursos, trabajo de logística, control territorial de diversas variables (inspecciones impositivas, regularización de obras, control epidemiológico y de plagas, etc.).
Establecer el uso concreto que se le va a dar al producto es el primer paso para comenzar el procesamiento de la información, ya que es eso lo que va a marcar el rumbo en el tratamiento de los datos, de manera tal que se hace foco en las partes más relevantes de la información y se descartan las menos importantes para el caso particular.
De este modo, por ejemplo si queremos usar el SIG para planificar la distribución de las construcciones de nuevas escuelas, necesitaremos incorporar los datos de la población en edad escolar, cuántos son, que edades tienen, como se distribuyen, si van o no a la escuela, si hay medios de transporte, cuáles son esos medios de transporte, si hay terrenos fiscales disponibles para construir las escuelas, etc. Del mapeo y análisis de estos datos surgirán los lugares más propicios (por mejores condiciones, terrenos más grandes, más y mejores medios de transporte, mayor cantidad de población escolar aledeaña, etc.) y los lugares donde es más necesario (porque las circunstancias lo demandan) para la construcción de nuevas escuelas. En este caso hipotético, también podríamos usar las herramientas de cálculo geométrico para relacionar estas posibles nuevas escuelas con las locaciones de las escuelas que ya existen. De esta manera podríamos determinar, entre los lugares candidatos para la construcción cuales son los lugares que en la actualidad que tienen la escuela más cercana, más lejos o más inaccesible (por falta de accesos o medios de transporte). Esto nos permitiría confeccionar un listado con un orden de prioridad en función de las necesidades y de esta manera ayudarnos a poner en evidencia cuales son las mejores ubicaciones para nuestra nueva escuela.
Vale la pena recordar que el SIG es sólo una herramienta de trabajo que nos ayuda a analizar nuestros datos para tomar las decisiones de manera informada y con la oportunidad de ensayar varias posibilidades de manera económica y virtual, de ninguna manera reemplaza otros procesos de gestión.
Este ejemplo teórico nos sirve para mostrar la íntima relación que tienen los objetivos de la tarea con el mapeo, y cómo la variación más ínfima en el objetivo o el segmento de datos que se esté utilizando va a cambiar por completo la forma de trabajo en tanto recopilación, tratamiento y análisis de la información.
Técnicamente, podemos agregar que los datos en cuestión se agregan al mapa de base en forma de “capas”, es decir que cada tipo de información se agrupa por tipo, siendo representada gráficamente por una geometría particular (punto, línea o polígono). Esta representación gráfica es la que le asigna una ubicación particular en el mapa (latitud y longitud).
Los sistemas de información geográfica, en tanto software, cuentan con herramientas de dibujo o diseño similares a los sistemas de diseño asistido (CAD), justamente para poder intervenir gráficamente en los mapas.
A su vez cada capa gráfica de información tiene adjunta una tabla de atributos que es donde se cargan las características de los objetos representados gráficamente en el mapa. Aquí a cada objeto le corresponde una línea en la tabla y cada columna es una característica de ese objeto. Tanto la base gráfica como la tabla adjunta son manipulables y modificables con las herramientas informáticas con las que cuentan los diversos programas de SIG. En lo que se refiere a la información cualitativa y cuantitativa, valores que se le asignan a cada objeto mapeado, ingresada como atributo, se carga en forma de tabla adjunta con un lenguaje y formato muy similar a los archivos de tipo Excel o DBF. La carga de datos se realiza de forma manual, incorporándolos ítem a ítem.
Fuente: Elaboración SIGP, Información relevada a la fecha, noviembre de 2012