La organización tradicional de los sectores gubernamentales no es privativo de la Argentina y funciona bien para muchas cosas; pero generar transversalidades a veces en organismos muy estructurados como puede ser el propio Municipio se puede tomar estas iniciativas como proyecto donde se involucren distintas aéreas por un tiempo determinado: no hace falta crear oficinas generar sueldos y producir más burocracia sino de reestructurar la administración en función de necesidades y a la rigidez de las burocracias darle eficiencia.
Los Estados deben incrementar su capacidad técnica y política para una eficiente gestión Estatal; el reto es formar equipos de planificación tras muchos años de desmantelamiento de la administración ejecutiva y ello tiene una complejidad: se necesita conocer métodos, consolidar información, trabajar de forma sistemática; con talleres, encuentros y la creación final de nuevas plataformas políticas que hacen a la propia practica de la planificación como proceso; distintas iniciativas en Posadas y en todo el país hacen pensar que a eso se está tendiendo a alcanzar.
Los Municipios deben asumir el rol que les corresponde; el del liderazgo que muchas veces ha sido abandonado por el propio Estado y no decidiendo arbitrariamente sino articulando con todos los sectores el ordenamiento del territorio: permitirá efectiva gestión no sobre una realidad consumada como en el pasado sino con la ventaja de la previsión.
A la hora de encarar algunos procesos de cambio hay que pensarlos en las reglas, las normas y los valores que están escritas como así también las que están implícitas, que funcionan entre los que son parte de la organización y hacen que se porten de una forma o de otra: tener en cuenta esto en los procesos de cambio, pensar las expectativas, las necesidades y los incentivos para modificar modos de hacer; en los lugares donde estas herramientas son tenidas en cuenta los cambios son perdurables, satisfactorios a la organización y para los ciudadanos mientras – por el contrario- cuando no racionalizadas se aplican buenas tecnologías y reformas que pueden ser importantes pero no resultan productivas.
A ciudades fragmentadas promovemos ciudades cohesionadas con distintas estrategias: en cuestiones territoriales desarrollar los espacios públicos genera encuentros y articula a los ciudadanos y desde el punto de vista de la gestión de las políticas promovemos que sean concurrentes e integrales focalizadas allí en donde están los desafíos son más grandes y donde decimos que “el tejido está roto” coordinando entre los ejecutivos; aunando esfuerzos y donde es clave la estrategia participativa; la cual si no la ponemos nosotros la lleva a cabo casi siempre el mercado con sus propias lógicas; muchas veces exclusivas y también fragmentarias.
Participación es construcción de ciudadanía: no se puede decir que se participa cuando se le pregunta a la gente para validar; se trata de un proceso de construcción permanente, de acuerdos y no la imposición de lo que se piensa hacer: toda participación implica ceder en algo y llegar a acuerdos impensados previamente entendiendo otras lógicas, otros puntos de vista y otra forma de pensar en este caso las ciudades.